En esta ocasión les dejo con un cuento algo antiguo. Espero les guste
Luna Nueva
MiauHumanos y gatos. Podría hacer una gran explicación respecto a la relación entre ambas especies, pero faltan dos horas para mi siesta de la tarde. He vuelto al lugar de siempre, donde la mujer más hermosa del mundo observa hacia la misma dirección. Estoy segura de su belleza porque tengo la experiencia que lo avala. He conocido mujeres pequeñas, grandes, gordas y delgadas. Todas eran iguales, todas me trataban como una bola de pelos, un peluche al cual pueden abrazar cuando se les da la gana.

Nuestra madre, una gata con cientos de anocheceres bajo sus patas, sabía bien como eran los humanos. Ella había conseguido gracias a su gran astucia, una familia de humanos que le brindaban todas sus necesidades. Así que era el deber de madre, el enseñar a sus hijos varios de los consejos que la experiencia le había brindado:
- Cuando consigan su propio humano – nos decía antes de dormir-, demuéstrenle quien manda. No escuchen sus llamados. Exíjales cuando tengan hambre. Pidan cariño cuando ellos menos lo esperan; y cuando ellos quieran brindarles cariño, háganse los desinteresados y váyanse. Si ese humano los merece, hará todo lo posible por mantenerlos en casa.
Nosotros escuchábamos atentamente, no solo a sus indicaciones, sino a las tantas experiencias que una gata de su edad tiene para contar. En tanta fascinación e historias, nosotros imaginábamos nuestras vidas adultas y como serían nuestros humanos.
A mí lo que más me interesó fue la forma en la cual los humanos tratan a los gatos. Sí, ellos parecían fáciles de manipular, y eso me gustaba. Estaba tan ansiosa por encontrar a mi propio humano que mientras crecía, empecé a idear muchas actividades divertidas para mi futuro humano, algo que mis tontos hermanos no aprobaban.
"Vas a matar a tu humano", me reprochaban los muy aburridos.
Yo los ignoraba y me alejaba de ellos, mirando en secreto a la niña de la casa. Ella solía mirarse mucho frente al espejo y me preguntaba si esto era algo normal entre las mujeres o no. También la vi jugando con unos muñecos con forma humana. Ella les daba unos vasitos y comenzaba a moverse de aquí para allá, para luego cambiar su voz. Al final, terminaba por aburrirme y me escondía debajo del mueble. Pasó una semana y ya sentía que sabía todo sobre los humanos.
Era pequeña y no sabía…
- ¿Dónde estás, mi niña de Plata?
- ¡Miau! ¡Miaaaaauu!
Lo siento, humana. Volveré mañana.
No me esperaba la historia de un gato xd
ResponderBorrarPero de hecho
Me gusto bastante
I prefer cats over dogs xd