Ir al contenido principal

Cavando hacia abajo



Busco con anhelo el fulgor de tu cuerpo

que he buscado fútilmente por sinuosos senderos

perseguido sin descanso, famélico y agitado

planteo el más recurso más demente y osado.

Presiono mis manos con fuerza y golpeo la tierra,

sonsacando mis recuerdos que guardaba bajo la grava y las piedras,

cuando agrieté con astucia tu estoica  indiferencia, 

hasta remecer las duras placas que guardan tu conciencia,

llegando a lo más profuso de tu belleza discreta,

y derritiéndome en tu amar de divina providencia.

Escucho voces mientras mi continúo con mi descenso

De ira, dolor y arrepentimiento,

pero yo las ignoro y no me muestro indefenso

y continuo con mi labor, sin detrimento.

Escucho finalmente el fino burbujear

que son el preludio de mi destino final,

pétreo terreno reanudo a golpear,

y el vacío del abismo me empieza arrastrar,

muriendo lento, viendo al mundo alejarse

esperando, futilmente, una nueva oportunidad.





Comentarios