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El cuerdo


 Ayer, después de terminar mi trabajo, me volví a encontrar con El Cuerdo. Estaba sentado en una banca, mirando la inmensidad del mundo con sus ojos juiciosos y sabios. Mientras subía la empinada cuesta hacia mi morada, El Cuerdo me miró, con su mirada penetrante, examinadora. Pronunció una oración, probablemente una frase llena de sabiduría, algo que jamás entenderé porque no soy lo suficientemente apto para tal ancestral conocimiento. Fui en ese momento en que decidí responderle (en mi mente, porque temo causar su furia) con las palabras que escribiré a continuación.

¡Oh, cuerdo! ¡Tú que puedes elegir vivir en desnudez o elegir la ropa que más te guste, al mismo tiempo que ignoras a los insensatos y los chismosos! Mientras yo, en mi locura, debo vestir de trajes, con corbatas que asfixian mi espíritu, camisas que contienen mi pecho, pantalones que ralentizan mis pasos. En mi locura debo vestir lo que no quiero, y los que son como yo también visten lo que deben. No pueden, ni quieren vestir lo que les gusta, se dejan llevar por la despiadada marea de la moda mientras tú los observas y sonríes con desdén.

¡Oh, cuerdo! ¡Tú que puedes gritar a los perros, caminar con los gatos y dormir con los gorriones! Mientras que yo, ¡oh, yo! Debo alejar al gato de mi alcoba, debo sacar a pasear al perro, mirar de lejos al ave cantar. Yo trato al animal como uno más, porque en mi locura los animales deben ser personas, deben reemplazar mi soledad y tengo que imitar sus voces para fingir que los entiendo. ¡Pero no los entiendo! ¡No los entiendo porque estoy loco, estamos locos! Tú. en cambio, no necesitas entenderlos, ya ellos te entenderán a ti o se alejarán. Igual, eso no te importa, tu sabiduría no tiene un único camino.

¡Oh, cuerdo! ¡Tú que ignoras al resto, que abandonas tu ego y simplemente vives, ¡vives el día y no te preocupas por el mañana! ¿Y yo? Estoy endeudado hasta el cuello, comprando libros que no leo, comida que no comeré, ropa que jamás me pondré, gastando por el simple hecho de gastar, de consumir. He olvidado el significado del ahorro y la paga de fin de mes desaparece como acto de magia. Está, está, y puf, ya no está, se desvaneció. ¿Y tú, te preocupas por el dinero? ¡Qué va! Si solo necesitas abrir la boca para tomar el agua de la lluvia y agacharte en cualquier rincón para poder dormir. 

¡Oh, cuerdo! Muchos te llaman loco erróneamente, muchos creen que deberías desaparecer del mundo. Sin embargo, solo tú sabes que los locos somos nosotros, que hacemos lo que no debemos, que nos alegramos de lo que nos perjudica y lloramos por la persona que nos hizo daño. Si es no es la verdadera locura, entonces, ¡la locura no existe! Mientras tu sigues tu vida de la misma forma que ayer, yo no puedo darme ese lujo, porque mi locura me obliga a volver a consumir, a fingir, a mentir. 

A veces sueño con ser cuerdo, pero el despertador me grita una vez más que la locura de un nuevo mañana debe comenzar. 

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