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Un candado


Vigilando inmóvil el portal al mundo nuevo,

el que esconde el mejor regalo de todos

Eso es lo que resguardo o eso creo

Porque desde que abrí los ojos

He visto cambiar muchas veces el firmamento

 

Mis brazos se han llenado de moho y polvo

Mi interior, se siente seco y doloroso

Lentamente se desgarra y cae

Y cuando el viento sopla fuerte

Robín que se esparce a lo lejos.

 

Abro mi mente y observo el interior de alma

Intentando buscar respuestas claras

Llego al final, siento una figura serrada

Zigzagueante, puntiaguda, casi simétrica

Una forma definida, de naturaleza extraña.

 

Esta forma debe tener una función ulterior

Imperfecto, pero debe tener un propósito

Recorro mentalmente la parte faltante

Y al finalizar el recorrido, logro recordarlo

Es a lo que muchos llaman “llave”.

 

Su temperatura era distinta a la mía

raspa mi interior, pero no lo lastima

y mientras lentamente se desliza

más comprendía que esa parte era mía

y ahora, completo, el universo gira.

 

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que repetí ese recuerdo,

en mi memoria, olvidando el tiempo y el óxido?

¿Por qué siento que algo me arrastra hasta el vacío?

Suena un chirrido, la puerta se ha abierto.

Ya no me importa estar hecho pedazos, el tesoro se ha vulnerado.

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