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Jugando DDLC #5 El manga contraataca


El ratón

Un ratoncito curioso me mira

Mientras preparo un pastelito rosado

Para llevarla muy pronto a la fiesta

De mis amigas de faldas coquetas.


Ya he empaquetado los dulces en una cesta de forma de corazón,

Una torta, varias piruletas, tres parfait bien dispuestos,

Y también un pequeño intruso se esconde sin darme cuenta

Preparado para el largo viaje, acompañando a los alimentos.

 

Mientras camino por la calle suelto una risita,

recordando las travesuras del ratoncito que hace cada tarde

los momentos alegres, felices y llenos de paz

mi pequeño amigo gris es muy kawaii.

 

Llego a la fiesta y mis amigas me reciben entre colores y burbujas

Al mismo tiempo que llenan sus bocas de azúcar

Hasta que el pequeño amigo surge en un instante

Y se pone a jugar con el pelo de una de sus acompañantes.

 

Creyendo que ellas se iban a reír por la travesura del roedor

Tomo una fresa de un pastel sin dilación,

Pero ellas me miran con una mirada fulminante

Y gritan: ¡Eso no es una mascota, es una plaga andante!

 

Asiento a sus palabras y  el ratón ahuyento,

El pequeño se esconde y desaparece en un momento

Y tratando de disimular cualquier tristeza

Cambio de tema y les cuento lo que me llegó en un correo el otro día.

 

Cuando todas se han ido, disimuladamente lo busco,

Él inteligentemente se acerca y yo lo oculto.

Aunque está un poco pegajoso, no me importa

Yo aún lo quiero y no lo dejaré en este lugar tan feo.


Ahora ambos estamos echados en la cama,

Él se encuentra acurrucado en mi camisón

Mientras escucho una dulce canción con mis audífonos.

No volveré a compartir mis secretos con nadie más, no.


Kumo

Algunas por los pasillos se ponen a bailar,

Y otra en los baños se colocan el lápiz labial,

viendo los chorros de agua deslizándose como cascadas

escuchando a las aves de los árboles cercanos cantar.

Mientras todo esto ocurre, una chica se aleja del escolar paisaje

mirando hacia todos lados, con los latidos acelerados.

Sostiene un ser pequeño y blandito,

del tamaño de una barra de chocolate.

Se llama Kumo y nació de un deseo,

tras tomar prestada una flor de un jardín externo,

que su padre cultivó con mucho amor y esmero,

y que apenas la vio, ésta le dio un beso.

Kumo es esponjoso como un malvavisco,

y puede tomar toda clase de formas, hasta la de un conejito,

disfruta mucho de los juegos y travesuras

y si lo regañan, con un puchero se excusa.

Disfruta mucho de la vainilla y el azúcar,

y cuando tiene la barriguita llena, es toda una dulzura.

Le gusta esconderse entre los calcetines,

y siempre está activa, no tiene vacaciones.

Nadie puede ver la verdadera forma de Kumo, esa preciosa criatura mágica,

todos ellos observan en cambio, una desagradable y tenebrosa araña,

y cuando la joven trata a su compañera con normal ternura,

el resto frunce el ceño, mientras murmuran a lo lejos. 






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