Podríamos hablar de
las muchas y curiosas cosas que Don José ha hecho, pero ninguna
supera a la que hizo el pasado mes de diciembre. Según cuentan
nuestros abuelos, hace unos veinte o treinta años aproximadamente,
existía una fiesta muy colorida llamada la navidad. En ella se
celebraba el nacimiento de su dios, el cual nacía en el vientre de
una madre. Esto lo sabe cualquiera, ya que se enseña en las
escuelas.
Según recuerdo, esa
fiesta fué prohibida durante 5 años por el nuevo gobierno mundial
y, en reemplazo de éste, se instauró el día de la familia (27 de
Octubre), en el cual todos se reúnen para cenar y recordar asuntos
familiares. La navidad, al tener influencia religiosa, no era bien
vista por nuestros gobernantes, que temían una nueva insurgencia
cristiana. En vez de eso, se dedicaron millones de neodólares en
publicidad, demostrando su lado más negativo, enfermizo y pesimista.
Mi padre suele contarme mucho sobre esa época, ya que a pesar de
haber celebrado unas cuantas navidades, la repudia con todo su
corazón, cosa contraria piensa el abuelo.
Hace unos cuatro
años que el nuevo gobierno mundial fué derrocado y se instauró en
la mayoría de países un comunismo moderado. El nuevo gobierno quitó
todas las exigencias impuestas y la navidad, junto con muchas otras
costumbres religiosas podían volver a ser celebradas. Ya era
demasiado tarde.
Creo que el padre de
los Martinez añora aquellos momentos en los cuales la pasó en
familia, comiendo algún animal horneado, pan dulce, y otros
alimentos a la medianoche. Los regalos, los vistosos colores, el
hombre barbudo vestido de rojo.
La casa de los
Martinez se llenó desde inicios de diciembre. Los más adultos, los
ancianos, se quedaban varias horas observando su hogar y conversando
entre sí, discutiendo sobre cuál de ellos había visto la mejor
iluminación navideña. A los niños les parecía novedoso, pero a la
vez un desperdicio de energía eléctrica. Y para nosotros, una
insensatez. Yo calculé la cantidad de luces encendidas y pude
averiguar que con la electricidad que usaba para sus luces, podría
pagar mi recibo por seis meses.
Compraron y
prepararon un pavo, armaron y decoraron un arbol navideño. Esperaron
a las doce dela noche y luego de eso, comieron.Y también repartieron
los regalos y se abrazaron.
Si no fuera por la
enorme cantidad de dinero que gastaría en algo similar, tal vez lo
haría.
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