Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de junio, 2013

Poema sin título I

Escribir poemas no es lo mío. Es más, no considero obras de arte lo que escribo. Ya dije que no soy un poeta en entradas anteriores. Pues bien, lo que les dejaré hoy es un pequeño poema que espero les guste. O al menos les entretenga. Esto se me ocurrió al pensar en dos palabras y así nació la idea. Poema sin título I Mujer amada. Vida desconectada. Inspiración encendida. Musa elegida. Engaña mente. Corazón esconde. Mentiras aprende. Viciosa arte. Todo aprendí. Excepto fingir. Angustia sin fin. Engaño sentí Recuerdo lento. Morir intenso. Sueños tengo. Dolores y peros. Remordimiento aún. Violenta multitud. Arrastrante alud. Sentimientos… en un ataúd.

Cartas

Hasta hace algunos meses, escribía algunas cartas. En ella plasmaba mis sentimientos y se los entregaba personalmente a la chica con la cual andaba en amoríos. Ella nunca me dio una carta de respuesta (cosa que me entristece), pero no puedo hacer más al respecto. En realidad, es muy visto el uso de las "Love Letter" (Carta de amor... traduzco "por si las moscas") en películas y series. El relato que les dejo a continuación es un prólogo de una historia de escolares (sí, otra vez... es más, tengo una más pero no la he subido) en donde muestra como puede ser de compleja una chica que le gusta escribir, aun siendo fanfics. Nota: Fanfic es un término muy popular para denominar a las "Ficciones hechas por fanáticos". O mejor dicho, una versión hecha por fans de alguna serie, película, libro, programa de televisión, artista ya existente.  No se preocupen si no entienden el concepto, en estos relatos quedarán en claro lo que son los Fanfics. Entonces allí

Recuperación

Recuperación. Vanessa miraba su libreta de notas con tristeza. Por más que se había esforzado en subir las notas del curso que más odiaba –álgebra–, lo desaprobó. “Me van a matar”, se decía a sí misma. Incluso imaginaba lo que sus padres le dirían: “Hemos invertido tanto en ti, para que nos falles de esta forma”, “De seguro que estás así porque tiene ‘noviecito’”. “La tienda de la esquina” indicaba que su casa estaba muy cerca. Tragó saliva. Inhaló exhaló exageradamente. Se llevó la mano al frente, limpiándose el sudor. Empezó a medirse el pulso. Sus latidos habían aumentado considerablemente, y sabía muy bien la razón: miedo. Cada vez que Vanessa tenía miedo, preocupación e incluso enojo, se llevaba alguno de sus dedos –generalmente el meñique – a la boca, mordiéndolo a intervalos. No podía evitarlo. Cuando se dio cuenta que nuevamente tenía el dedo entre sus dientes, lo retiró. Volvió a mirar la libreta, volvió a sentirse triste al ver el color rojo del número al la