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Mostrando las entradas de 2012

Sendero desconocido

…Sendero Desconocido … Observo brevemente el cielo. Escucho los sollozos de mi madre y demás familiares, mientras permanezco a un lado, inmutable. El oscuro agujero, la bandera peruana que cubre por completo el féretro. La gente, amigos, compañeros de trabajo, algunos medios de comunicación, acompañando en sepulcral silencio. Y finalmente, el lento descenso hacia su última morada. Uno que debería durar algunos segundos. Segundos que muchos desearían sean eternos. Deseos que no se podrán ver cumplidos .   Las lágrimas y gritos se acentúan. El sonido de las trompetas los acompaña. Todos los presentes, cabizbajos. Lentamente, reminiscencias llegan a mi mente cual fichas de un rompecabezas. Un juguete olvidado, dejado intencionalmente a medio armar. Cada palabra, cada frase, cada imagen, empezaron a tomar sentido, a tomar forma. Recuerdos de infancia.   Recuerdo que mis padres y yo estábamos cenando en la mesa de nuestra casa. Mi silla se encontraba ubicada de

Casi Ficción en la Feria Internacional del Libro

No, mis buenos amigos. Este blog no hablará de mis aventuras en lugares relacionados con la literatura. No puedo echarle la culpa a nadie ni a  nada de mi fortuita desaparición del blog. Aunque ahora si tengo deberes literarios (inclusive semanales) y actualizaré más seguido. ¿Cuántos lectores reales tendré? Bueno, eso no es el tema de hoy. Estoy creando la costumbre de ir cada año a la feria y comprar al menos, un libro. Lo leo en el transcurso de los días y eso. No tengo nada más que decir al respecto. No esperen infinidad de detalles (cosas como quiénes se presentaron, qué temas trataron,etc.). Sólo les hablaré sobre lo que significa buscar un libro. Quizás muchos posean las posibilidades de comprarse uno de esos vistosos “Best Sellers Mundiales”. Yo, como humano normal, me vi tentando en comprarlos, entusiasmado e imaginándome a mi mismo leyéndolos con avidez. El sueño se hizo añicos al leer en la contraportada el precio. Si, y luego no se quejen de que el peruano no lee, sól

“Casi Ficción” en la Casa de la Literatura

Dicen que no existen las coincidencias. Entonces, ¿era un evento predeterminado que, al llegar a la casa de la literatura peruana, estuviesen dictando conferencias sobre fantasía y ciencia ficción? ¡No! Bueno, en realidad no pude escuchar mucho, pero encontré a algunos escritores interesantes. Personas que se dedican a un género no muy apreciado en nuestro país. Ahorraré y me compraré sus libros. Y ahora, lástima. No hay “Yo amo Corea del Norte”. Culpo a Kim-Jong-Un y sus cambios de último minuto. Pero lo escribiré. En realidad, ahora les dejaré con un pequeño “poema” que se me ocurrió después de escuchar una burda canción, esa que dice “por ti me he vuelto poeta, un armario de páginas completas…” y etc. Hay que dejarlo así. …Yo no soy poeta… Yo no soy poeta Ni anhelo explorar con mis dedos tu hermosa silueta No sueño contigo ni me imagino comer tus labios como a un higo Jamás me envolveré en tu larga cabellera ni tu voz de sirena, detendrá el presuroso caminar

El bebé del día 13

Era un Viernes 13 de febrero. Llovía copiosamente. Inusual para una ciudad acostumbrada a las esporádicas neblinas. Las oscuras nubes se reunían en un sólo lugar. En la penumbra, un bebé nació. Nadie sabe cual será el destino del universo después de estos hechos. Nadie sabe. Supuestamente, un día como hoy nací, vine al mundo. ¡Oh, hagamos fiesta! ¡No! Yo no merezco ser felicitado. Quien merece ser felicitada es mi querida madre, la que me soporta pese a todo. Me importa un comino el día de la madre. Para mi, el día de la madre es hoy. Un día como hoy, ella experimentó los más terribles dolores. Y cada año, cada día como hoy, ella se sentía un año más feliz, al ver que el pequeño iba creciendo. Y para conmemorar esto, escribiré un relato pequeño. …Espera… La niña agacha sus gráciles piernas para sembrar la semilla. Un noble roble era lo que ella añoraba. Con sus manitas abonaba la tierra. Con delicadeza regaba. Y siempre observando, pendiente del árbol. Hasta que el árbol crec

Crónica de una indigestión.

Era un día cualquiera para un escritor “cualquiera” en un blog – valga la redundancia – cualquiera. Su comentario fue algo que cualquiera podría haberlo hecho, pero tuvo que ser Iván Thays. Por que si hubiese sido yo, nadie habría dado cuenta del caso. Unos cuantos “trolls” me tildarían de idiota y punto. Cero visitas al día siguiente. El caso fue que como en las toda guerra, un pequeño detalle desató la gran guerra. Olvídense de Narcoterroristas siendo perseguidos en la espesura selvática. El blogger de “Vano Oficio” tuvo que escapar de las huestes hambrientas de sangre. Estómagos patrios insultando a no más poder. En la semiclandestinidad, Iván se vio forzado a pedir asilo en las escasas bibliotecas limeñas. Sus compañeros literatos no se quedarían atrás. Provistos de libros y ácidos comentarios, arremetieron contra el rey rival, Gastón Acurio. La guerra fue sangrienta. Digo “fue” porque ya no hay mucho que contar. Los disparos y ataques prosiguen, pero ya sin víctimas fatales.

Yo Amo Corea (del Norte)–Episodio 1

  Que tal? ¿Triste por las pocas actualizaciones del blog? Si, yo también. El problema es que mi Musa (el internet) decidió darse un paseo de 5 días. Un suplicio para mí, que me he vuelto dependiente a este servicio. Ahora lo importante. Debo advertirles que los pensamientos vertidos en éste episodio de “Yo amo Corea (del Norte)” no son necesariamente los míos. Si quieren más explicaciones o dudas, la cajita de comentarios de la derecha bien puede servirles. O sino, dejen su comentario abajo. Disfruten de la lectura. Diez años después. Zona desmilitarizada de Corea. El término desmilitarizada es casi una ironía, ya que ambos bandos andan pendiente de lo que puede o no puede hacerse en el otro lado. Ambos lados de la frontera está fuertemente vigiladas. Cada segundo debe ser vigilado. Cada gesto debe ser observado. Distraerse era dejar una brecha, un punto flaco que el enemigo - porque hasta ahora no se ha firmado un tratado de paz entre ambas naciones-

Yo amo Corea (del Norte) - Prólogo

…Yo amo Corea (del Norte) – Prólogo… El niño de rasgos orientales mira el espejo. Algo sucio y vestido con harapos. Delgado, no recuerda cuando fue la última vez que probó alimento. Sus ojos, su mirada. Si podría describirse con una sola palabra, “ira” es la adecuada. Sus manos, manchada de la sangre de su padre, formaban dos puños mantenidos rígidamente a los lados de sus muslos, temblando. Sus piernas también denotaban algo de miedo e odio, como dos columnas deterioradas a punto de colapsar. Su reflejo sólo lucía diferente en un único aspecto, su rostro denotaba tristeza. Por lo demás, lucía idéntico al original. En un momento, una facción de segundo, un instante, alguien susurró unas palabras, como una pequeña brisa: - ¿Por qué? – dijo el niño. El reflejo no respondió. El volumen cambió. Ya no era una brisa, más bien era el sonido de un fuerte viento huracanado. - ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué mataste a mi padre?! – increpó. El jovenzuelo no obtuvo réplica.

Escritos Cortados

Generalmente escribo textos casi bíblicos – me gustan las tramas largas, los cuentos cortos generalmente no me satisfacen, por más buenos que sean quiero leer más –, en esta y otras ocasiones escribiré mis escritos cortados (podré escribir mucho más, pero los cortaré para que no tengan que gastar la vista demasiado). Por si lo notaron ¿porque lo notaron, no? , cambié el nombre del blog. La razón no es importante. Bueno, a lo que vamos, ésos susodichos escritos cortados. Francamente me he copiado de otro amigo blogger que escribe relatos cortos o micro relatos. Pensando que sería mas favorable y sencillo, entonces lo haré. Dos escritos cortados en esta ocasión, cortesía de un odioso gato rompe papeles:   …Pensé…   Pensé que era la luna, pero en realidad la luz de un poste de alumbrado público era. Pensé que eran las estrellas, pero tan sólo era un avión llegando al aeropuerto. Pensé que eran tus labios, pero era el hocico de mi perro. Pensé que eran tus

Tres niños en el bosque

En un claro de un bosque cualquiera, tres pequeños hermanos vivían apaciblemente. Los infantes jugaban sin preocupaciones ni temores en la espesura de la naturaleza. El mayor permanecía sentado en una piedra, mirando absorto a sus hermanos menores. El viento impelía sus rizados cabellos color oro. Murmuraba alguna cosa, casi imperceptible, dirigía su mirada al suelo, imaginando a una colmena de hormigas caminar bajo sus pies, para luego volver a mirar a otro lugar. El segundo hermano, un aventurero por naturaleza, trepaba por las ramas cual primate, buscando algo de  interés. Su cabello un poco más lacio, corto y de color castaño. Una ardilla y su nuez era su objetivo de turno. La llevaba persiguiendo por varios minutos. El pequeño animal tomó impulso y se alejó del alcance del menor, para luego continuar ascendiendo entre las copas de los árboles más elevados. Al ver que le tomaría más tiempo para alcanzarlo, se bajó deslizándose por el tronco. Divisó a su hermano mayor y decidió